sábado, 14 de mayo de 2011

El joven se pasa al policía interior y la mano dura por la piedra.

La rebeldía contra papá y mamá no está pasada de moda. Echar mano de la licorería o echar un polvo en la cama de los superpapischachiguays es como casarse con un negro o meterse a puta: para chinchar. Es así. Ni cortos ni perezosos, mienten al respecto pero, ¡oh, señor! ¿Que es ese leve destello de AAAAAAAAAAAW YEEEEEEAH que veo brillar en el fondo de tus ojos? ¿Más agujeros alrededor de la boca?
- "No, es porque me gusta y ya está".
¡MENTIRA! Pero mami no te va a dar el gusto de enfadarse.

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